El juego que se repite: la prueba no viene a destruirte, viene a corregirte

“Nunca es posible que coincidan felicidad y deseo de lo ausente. La felicidad debe apartarse de todo lo que apetece. No ha de estar unida ni a la sed ni al hambre.” — Epicteto ✨

Hay situaciones en la vida que se repiten como si fueran el mismo capítulo una y otra vez. Cambian los personajes, cambian los años… pero el fondo es el mismo: el área de tu vida donde sientes que, por más que intentas, no avanzas.

Puede ser el dinero, las relaciones, el trabajo, tu salud o tu propósito. Y cuando vuelve la misma escena, te baja la energía, te frustras, te duele… y te preguntas en silencio:

“¿Será que el problema soy yo?”

Ahí está el verdadero conflicto. No solo en lo que pasa afuera, sino en lo que empiezas a creer de ti mismo adentro.

💡 La clave no es odiar la prueba… sino comprenderla.

La vida —el Creador, el Universo, Dios, como tú lo nombres— pone delante de ti ciertas dificultades no para destruirte, sino para corregirte, despertarte y elevarte.

Cuando una misma situación vuelve una y otra vez, no es porque “estés salado” ni porque Dios se haya olvidado de ti. Es porque hay algo en ti que aún no ha sido visto, sanado o transformado. Y hasta que no lo mires de frente, el juego se repetirá las veces que sean necesarias.

Sí, duele. Sí, cansa. Sí, frustra ver que pasan 5, 10, 20 años y en esa área específica sientes que sigues igual.

Pero también es verdad que, en otras áreas de tu vida, has crecido, has madurado, te has esforzado y has evolucionado. Y eso hay que agradecerlo. 🙏

La pregunta ya no es:

“¿Por qué me pasa esto?”

La pregunta profunda es:

“¿Qué quiere mostrarme esta situación sobre mí mismo? ¿Qué creencia, qué miedo, qué versión mía necesita morir para que una nueva pueda nacer?”

Porque tal vez no se trata de “darle y darle” por el mismo camino. Tal vez no se trata solo de persistir… sino de corregir rumbo por dentro.

🌱 Dejar de creer que tú eres el error. 🌱 Dejar de compararte con quienes “ya lo lograron”. 🌱 Dejar de exigirte estar bien por todos, mientras por dentro te rompes.

Y empezar a ver esa prueba como un maestro espiritual: una oportunidad para cambiar el miedo por amor, la queja por gratitud, la sensación de víctima por la conciencia de que eres hijo del Creador.

No se trata de negar tu tristeza ni de poner “pensamientos positivos” sobre el dolor. Se trata de poder decirle a Dios, con honestidad:

“Muéstrame qué tengo que ver, qué tengo que soltar, qué parte de mí necesita corregirse para que pueda avanzar. No quiero quedarme repitiendo el mismo nivel del juego.”

La vida es un juego espiritual disfrazado de realidad cotidiana. Y el nivel no cambia solo cuando cambian las circunstancias… cambia cuando cambia tu conciencia.

Si hoy te sientes cansado, confundido o sin salida, recuerda esto:

No eres un error. No estás solo. No estás siendo castigado.

Estás siendo llamado a ver más profundo, a mirarte con más verdad, a sanar creencias que ya no encajan con la grandeza del alma que realmente eres. 💛

Y quizá, justamente ahora que sientes que “ya no aguantas más”, no es el final del camino… es el punto exacto donde el Creador está tocando tu puerta para llevarte a otro nivel.

La pregunta es: ¿Te atreves a mirar hacia dentro y aprender la lección que esta prueba viene a mostrarte? 🕊️

Anterior
Anterior

Despertar

Siguiente
Siguiente

Nadie puede amarte más de lo que tú te amas